La mayoría de los pingüinos tienen el pecho blanco y el dorso y la cabeza negros. Muchas especies exhiben manchas rojas, naranjas o amarillas en la cabeza y el cuello. Debido a que sus cortas patas están situadas en una posición muy atrasada, los pingüinos asumen una posición erguida cuando están en tierra.
Los pingüinos se agrupan en 18 especies y 6 géneros, que en su mayor parte viven en la Antártida y en islas subantárticas. Otros son nativas de las costas de Australia, Sudáfrica y Sudamérica, así como de las islas Galápagos (Ecuador).
Las especies más grandes son el pingüino emperador, que puede alcanzar una altura de más de 1,2 m, y el pingüino rey o real, que mide entre 91 y 97 cm de alto. Las dos aves viven en los hielos de la Antártida. El pingüino rey vive también en Tierra del Fuego, en el extremo sur de Sudamérica, y en ocho islas del hemisferio sur. El más pequeño es el pingüino azul o pingüino chico de Australia y Nueva Zelanda; mide unos 41 cm o menos. Al contrario que la mayoría de las especies, los pingüinos rey, emperador y azul tienen el dorso de color gris azulado. Otro rasgo distintivo de los pingüinos rey y emperador es la presencia de escudos brillantes rojizos o rosados a los lados de las mandíbulas y de grandes manchas anaranjadas o amarillas en los costados del cuello.
El pingüino de ojo amarillo y otras seis especies tienen crestas de plumas amarillentas a los lados de la cabeza. Estas seis especies viven en aguas del Antártico al sur de Nueva Zelanda y Tasmania, y su distribución asciende hacia el Norte a lo largo de la costa este de Sudamérica hasta Tristan da Cunha, un archipiélago situado al sur del océano Atlántico. El pingüino gentú (también llamado pingüino de corona blanca o papú) y el pingüino de Adelia viven en la Antártida y en las islas Malvinas, Orcadas del Sur y Sandwich del Sur. El pingüino de El Cabo vive frente a las costas de Sudáfrica. La fría corriente de Humboldt que recorre el lado oeste de Sudamérica permite a dos especies reproducirse en lo que, por lo demás, son latitudes tropicales: el pingüino de las Galápagos, en las islas Galápagos, y el pingüino de Humboldt, en las costas e islotes de Sudamérica.
Aunque sus antecesores eran aves voladoras, los pingüinos están muy especializados para el buceo: sus alas rígidas se asemejan a las aletas de otros vertebrados nadadores. No tienen tipos específicos de plumas, como la mayoría de las aves, sino que están cubiertos casi de manera uniforme de plumas pequeñas que, junto con la capa de grasa que poseen bajo la piel, les protegen del frío. Mientras que la mayor parte de las aves cambia las plumas durante un periodo relativamente largo del año, los pingüinos mudan todas las plumas, y en algunas especies incluso el escudo del pico, en un breve intervalo. Un pingüino en fase de muda tiene aspecto hinchado y deslucido; pierde las plumas en grandes superficies. Durante el periodo de muda, que puede durar varias semanas, el pingüino no entra en el agua para alimentarse.
La capacidad de tolerar temperaturas muy bajas es una de las grandes ventajas de los pingüinos. La mayor parte de ellos tienen las patas, las alas y la cabeza bastante pequeñas; la superficie corporal total, relativamente pequeña en relación con el volumen del ave, tiene como resultado una excelente conservación del calor. Además, muchos pingüinos poseen una gruesa capa aislante de grasa debajo de la piel. Algunas especies están mejor adaptadas que otras para hacer frente al frío. El pingüino emperador, que puede pesar de 27 a 32 kg, parece que es el mejor preparado.
Los pingüinos se agrupan en 18 especies y 6 géneros, que en su mayor parte viven en la Antártida y en islas subantárticas. Otros son nativas de las costas de Australia, Sudáfrica y Sudamérica, así como de las islas Galápagos (Ecuador).
Las especies más grandes son el pingüino emperador, que puede alcanzar una altura de más de 1,2 m, y el pingüino rey o real, que mide entre 91 y 97 cm de alto. Las dos aves viven en los hielos de la Antártida. El pingüino rey vive también en Tierra del Fuego, en el extremo sur de Sudamérica, y en ocho islas del hemisferio sur. El más pequeño es el pingüino azul o pingüino chico de Australia y Nueva Zelanda; mide unos 41 cm o menos. Al contrario que la mayoría de las especies, los pingüinos rey, emperador y azul tienen el dorso de color gris azulado. Otro rasgo distintivo de los pingüinos rey y emperador es la presencia de escudos brillantes rojizos o rosados a los lados de las mandíbulas y de grandes manchas anaranjadas o amarillas en los costados del cuello.
El pingüino de ojo amarillo y otras seis especies tienen crestas de plumas amarillentas a los lados de la cabeza. Estas seis especies viven en aguas del Antártico al sur de Nueva Zelanda y Tasmania, y su distribución asciende hacia el Norte a lo largo de la costa este de Sudamérica hasta Tristan da Cunha, un archipiélago situado al sur del océano Atlántico. El pingüino gentú (también llamado pingüino de corona blanca o papú) y el pingüino de Adelia viven en la Antártida y en las islas Malvinas, Orcadas del Sur y Sandwich del Sur. El pingüino de El Cabo vive frente a las costas de Sudáfrica. La fría corriente de Humboldt que recorre el lado oeste de Sudamérica permite a dos especies reproducirse en lo que, por lo demás, son latitudes tropicales: el pingüino de las Galápagos, en las islas Galápagos, y el pingüino de Humboldt, en las costas e islotes de Sudamérica.
Aunque sus antecesores eran aves voladoras, los pingüinos están muy especializados para el buceo: sus alas rígidas se asemejan a las aletas de otros vertebrados nadadores. No tienen tipos específicos de plumas, como la mayoría de las aves, sino que están cubiertos casi de manera uniforme de plumas pequeñas que, junto con la capa de grasa que poseen bajo la piel, les protegen del frío. Mientras que la mayor parte de las aves cambia las plumas durante un periodo relativamente largo del año, los pingüinos mudan todas las plumas, y en algunas especies incluso el escudo del pico, en un breve intervalo. Un pingüino en fase de muda tiene aspecto hinchado y deslucido; pierde las plumas en grandes superficies. Durante el periodo de muda, que puede durar varias semanas, el pingüino no entra en el agua para alimentarse.
La capacidad de tolerar temperaturas muy bajas es una de las grandes ventajas de los pingüinos. La mayor parte de ellos tienen las patas, las alas y la cabeza bastante pequeñas; la superficie corporal total, relativamente pequeña en relación con el volumen del ave, tiene como resultado una excelente conservación del calor. Además, muchos pingüinos poseen una gruesa capa aislante de grasa debajo de la piel. Algunas especies están mejor adaptadas que otras para hacer frente al frío. El pingüino emperador, que puede pesar de 27 a 32 kg, parece que es el mejor preparado.
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